El planeta de los anillos
Tan sólo un poco más pequeño que Júpiter, el planeta Saturno es conocido por su espectacular sistema de anillos. Al margen de los anillos, Saturno presenta gran similitud con Júpiter: Contiene un núcleo rocoso cubierto de un océano de hidrogeno metálico liquido y por encima una cubierta de hidrogeno molecular y helio y por ultimo una densa atmósfera.
Como Júpiter, Saturno también tiene rotación diferencial. Su período de rotación es de 10 horas y 40 minutos y esta rapidez es la que provoca el aplastamiento polar y las bandas claras y oscuras paralelas al ecuador, en este caso, menos definidas que en Júpiter.
La coloración de las bandas se debe a su composición química de azufre y fosforo así como al grosor de las nubes. También posee un intenso campo magnético originado por su océano interior de hidrogeno metálico líquido.
Los anillos de Saturno
Pero sin duda lo más característico de Saturno son sus anillos. Se extienden a lo largo de 65.000 km, hasta llegar a una distancia de 250.000 km del centro. Se trata de una sucesión de anillos concéntricos de distintos diámetros compuestos de polvo, corpúsculos de hielo, hielo seco (anhídrido carbónico) y roca helada con tamaños que van desde unos pocos centímetros hasta varios metros.
A pesar de su gran tamaño, su grosor es muy reducido de apenas varios kilómetros de anchura. Esto hace que se hagan invisibles desde de la Tierra cuando se presentan de canto, cosa que ocurre cada 14.5 años. En cualquier otro momento, para ver los anillos de Saturno desde la Tierra basta con cualquier telescopio de aficionado.
Vistos desde la Tierra aparentan ser tres anillos, los llamamos A,B y C. Los más visibles, los anillos A y B se encuentran separados por la llamada división Cassini, mientras que la separación entre los anillos B y C se conoce como división Encke.
El origen de los anillos es desconocido. Existen varias hipótesis entre ellas la que supone que se formaron a partir de uno o más satélites fragmentados por las fuerzas de marea de Saturno. Otra hipótesis sugiere que se trata de restos del material primario del que se formó Saturno, que debido a la cercanía al planeta no consiguió agruparse para formar un satélite.
Saturno posee un gran número de satélites, entre ellos destaca Titán, un enorme satélite de un tamaño mayor que el planeta Mercurio.